Cómo preparar alfajores de miel: tradición, técnica y el toque peruano

Receta de los Alfajores de Miel

Dulce receta de los alfajores de miel como se preparan en provincias del sur y norte del Perú.

INGREDIENTES
MASA:

  • 1 cucharada de anís en grano
  • 4 cucharadas de azúcar blanca
  • 5 tazas de harina sin preparar
  • 300 gramos de manteca vegetal
  • 2 cucharaditas de sal

MIEL DE CHANCACA:

  • 1 bola de chancaca
  • 1 palito de canela
  • 2 clavos de olor
  • 2 tazas de agua
  • ½ cucharadita de vinagre blanco

PREPARACIÓN
MASA:

Procesar todos los ingredientes en el procesador de alimentos o amasarlos a mano, envolver en plástico y refrigerar por dos horas como mínimo.
Retirar la masa de la refrigeradora, enharinar bien la superficie sobre la que se va a trabajar y estirar la masa con el rodillo hasta que quede suficientemente delgada, pero no tanto.
Con un cortador redondo cortar círculos del tamaño que desees y acomódalos en una lata forrada con papel manteca.
Hincar los círculos con un tenedor y llevarlos a hornear hasta que estén doraditos.
Rellenar con miel de chancaca en tres capas.

MIEL DE CHANCACA:

Poner a hervir todos los ingredientes menos el vinagre, dejar cocinar a fuego lento hasta que se forme una miel espesa.
Agregar el vinagre, colar y enfriar. Probar la miel de chancaca poniendo una gota en un vaso de agua fría, si está en su punto se formará una bolita.

Historia y raíces del dulce

Los alfajores de miel constituyen una joya dentro de la repostería tradicional del Perú. Su origen puede rastrearse hasta la influencia española —y más atrás aún al legado árabe del concepto “alfajor”, derivado del árabe al-hasú, que significa “el relleno”. Wikipedia+2Studocu+2
En la región de Arequipa, por ejemplo, se documenta que los alfajores —llamados en ese contexto “alfajores de la curva” o de miel— estaban hechos originalmente con láminas de masa muy delgadas (ya sea de trigo o maíz) y rellenos únicamente con miel de caña, a veces enriquecida con cáscara de limón, nueces o maní. Google Sites+1
Este postre se convirtió en un símbolo de dulzura regional, presente en ferias, mercados y panaderías tradicionales, trasladando consigo sabores de antaño que conectan al comensal con la historia gastronómica peruana.


Consejos para lograr alfajores de miel perfectos

  1. Masa bien trabajada y delgada: Es fundamental que la masa quede homogénea y lo suficientemente fina para aligerar el bocado. En algunas versiones arequipeñas se usaba harina de maíz además de trigo, lo cual aporta un matiz interesante. RPP Noticias+1
  2. El relleno de miel bien “subido de punto”: La miel de caña debe hervirse con canela, clavo de olor o cáscara de naranja hasta alcanzar una consistencia ligeramente espesa que luego se enfríe para rellenar. Esto evita que quede demasiado líquida o que se filtre al cortar los alfajores. Google Sites
  3. Capas y montaje tradicionales: En su forma más auténtica, el alfajor de miel puede tener tres capas finas de masa, intercaladas con la miel y opcionalmente nueces o maní. Al ensamblar, se debe presionar con cuidado para que no se rompan las láminas. Google Sites
  4. Corte y presentación que respeten lo artesanal: Una vez fríos, los alfajores pueden espolvorearse con azúcar glas o presentarse tal cual para destacar la miel en su transparencia dorada. Además, conviene conservarlos en recipiente hermético para mantener su textura y sabor.
  5. Acompañamientos y servicio: Sírvelos con café de olla, té de hierbas o incluso un vaso de anís suave para realzar la dulzura de la miel y equilibrar el sabor.

Lugares de venta y tradición viva

En el sur del Perú, en especial en Arequipa y en el Valle del Tambo, los alfajores de miel siguen siendo elaborados por reposteras locales que preservan la técnica familiar. Se venden en mercados tradicionales o en ferias gastronómicas donde se exalta lo artesanal. RPP Noticias+1
Para quienes visitan Arequipa, una recomendación es recorrer panaderías históricas o talleres de dulces típicos, donde se hacen versiones auténticas de este dulce. Preguntar por aquellos hechos con miel de caña, sin relleno de manjar blanco, aporta un matiz de tradición menos modificado.
Además, en Lima y otras ciudades, algunos emprendimientos gourmet han reinterpretado el alfajor de miel manteniendo su esencia, lo que permite acceder a este bocado incluso fuera de su región de origen.


Conclusión

Los alfajores de miel no son simplemente un dulce más: son un testimonio tangible de la historia repostera del Perú, que conjuga herencias hispánicas, técnicas tradicionales y el sabor de la miel de caña como vínculo con la tierra. Prepararlos en casa o disfrutarlos en su versión auténtica equivale a rendir homenaje a una memoria culinaria que merece ser conocida y compartida. Con cada mordisco se recupera una tradición, una textura delicada y un sabor que va más allá del azúcar: es cultura en forma de dulzura.

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